Lo que hemos escuchado está más allá de la vergüenza, más allá de la indignación, más allá del asco y lo repudiable, es hondamente repugnante. Un guardián de la justicia, un magistrado supremo, es decir, un magistrado de la más alta esfera de nuestro sistema de justicia negociando con el violador de una niña de 11 años, preguntando si el maldito violador va a querer reducción de pena o que lo absuelvan. Como quien pregunta si quieres de carne o de pollo. Qué repugnante, qué oprobio, qué ignominia y qué afrenta pública tener que constatar que el sistema de justicia peruano está más que podrido, que eso ya los peruanos lo sabíamos, está mucho peor que eso, está perdido, absolutamente descompuesto sin posibilidad de recuperación con gentuza como esta. Porque fíjense en la forma en que este magistrado se refiere a la niñita violada, preguntando si está desflorada y acto seguido diciendo que revisará el expediente y pregunta a su interlocutor si el violador va a querer reducción o absolución. Cuántas veces tiene que haber hecho algo tan putrefacto para poder hablar de un tema tan delicado sin el menor rubor, sin el menor remordimiento, como quien tramita una cosa, un papel más.
El grado de deshumanización que muestra este magistrado es terrorífico y abominable. Cuántas veces tiene que haber mercantilizado a las personas que de él esperan justicia para tener tal desparpajo y desafección. Una deshumanización que hiere, que nos hiere a todos no solo por pensar en esa niña, sino en todas las niñas antes que ella que estos malditos magistrados han condenado con sus corruptos actos que imparten injusticia y que además promueven estímulos para que violadores sigan violando sabiéndose protegidos por las manos inmundas corruptoras e inmorales de estos magistrados.
Hemos llegado a un punto de no retorno. Este sistema de justicia debe perecer. Nada bueno puede salir de gente tan miserable y ruin. Si los funcionarios no lo hacen, tendremos que hacerlo nosotros. Sobre el horror de los audios, el horror de escuchar a los aludidos quejándose de que han sido grabados ilícitamente, negándose a renunciar por algún rezago de dignidad, y cobardemente tratando de matar al mensajero, a IDL-reporteros que ha sacado a luz toda su mugre. Y cuidado, que viene más. Gustavo Gorriti ha anunciado que se vienen más audios. Tiemblan los inmundos magistrados.