Un día no tendremos más que hablar de si es hombre, mujer, gay, transgénero, travesti, bisexual, queer, cisgenero, asexual, intersexual. Porque un día eso ya no será relevante. Porque un día los que aun no quieren ver se darán cuenta de que los seres humanos no podemos ser reducidos al sexo, a los genitales ni ser juzgados de una u otra manera en referencia al sexo o los genitales.  

Un día, que quizás nosotros no alcancemos a ver, será un consenso extendido e incuestionable que somos seres humanos con valores, virtudes y defectos que no se circunscriben a la orientación sexual.

Un día, el poder no tendrá que ver con un pene o una vagina; un día seremos todos capaces de convivir sin hacernos un juicio de valor, ni positivo ni negativo porque alguien es de tal o cual orientación sexual. Ni siquiera será un tema porque en realidad nunca debió ser un tema.

Un día, los que aun no quieren ver, notarán que en el pasado que es nuestro presente hoy, se cometieron tantas injusticias, se dejó morir a tanta gente, se dejó asesinar a tanta otra, se dejó enfermar emocionalmente a muchos solo porque un grupo aun con poder social fue incapaz de mirar a través de lo material y corpóreo para ver lo que realmente importa, la persona. Y no con quien decide tener sexo o hacer el amor.

Un día, que seguro nosotros ya no veremos pero los hijos de nuestros hijos, quien sabe, a la persona solo se le valorará por ser persona, y se reconocerán los mismos derechos que cualquier otra persona por el sencillo hecho de serlo, de existir, de ser una vida. Un día, ojalá tarde lo menos posible, nos amaremos los unos a los otros, como dijo Jesús histórico, ese revolucionario que nos antecedió en reconocer los derechos de las personas.

Un día, ya podrán todos y todas amarse, sin tener que luchar contra un enemigo social en forma de prejuicio y daño. Porque el día que esto suceda, no solo los hombres, mujeres, gays, transgéneros, travestis, bisexuales, queers, cisgeneros, asexuales o intersexuales serán más felices, sino que todos, como sociedad habremos avanzado juntos y juntas a ser mejores personas, mejores humanos.

Un abrazo a mis hermanos y hermanas en esta lucha real, dolorosa, emancipadora no solo de ellos y ellas, sino de todos nosotros. Se merecen estar orgullosos y orgullosas de quiénes son, de su hermandad y de su lucha, que es la de todos. Feliz día del orgullo gay.